LOS ANGELES –Shohei Ohtani dio el hit número 1,000 en su carrera en Grandes Ligas — un bambinazo de dos rayas, su 39no de la temporada — y ponchó a ocho desde la loma, pero los Dodgers no pudieron mantener una ventaja al final del juego en una derrota por 5-3 ante los Cardenales la tarde del miércoles en el Dodger Stadium.
El regreso de Shohei Ohtani a su estatus de estrella única en MLB como jugador capaz de lanzar y batear ha sido a fuego lento, incluso después de su tan esperada vuelta al montículo. A medida que ha podido ir yendo cada vez más lejos en la lomita, cada salida ha sido un recordatorio de lo dominante que puede ser en ambas facetas del juego.
Ohtani no sólo puso a su equipo en ventaja con el batazo del hito, sino que también fue su propio apoyo ofensivo. Hizo su octava apertura como lanzador en el partido decisivo de la serie y se extendió hasta cuatro entradas completas por primera vez esta temporada
Además, Ohtani terminó una racha de nueve encuentros consecutivos sin cuadrangular con un estruendoso batazo que recorrió una distancia proyectada por Statcast de 440 pies hacia el jardín izquierdo-central a 109.5 millas por hora.
Ohtani concluyó su tarde en el montículo ponchando a los tres bateadores que enfrentó en la siguiente media entrada. Terminó abanicando a ocho de los 14 bateadores que enfrentó sin permitir boletos, realizando 54 tiros (37 strikes) para completar su salida más larga de la temporada.
Lanzó seis pitcheos a 100 mph o más, el doble de los que había tirado en un partido a lo largo de sus ocho aperturas del 2025 (su máximo anterior fue de tres el 28 de junio en Kansas City).