
Nueva York es el mercado del glamour, pero esta es la serie irresistible: el segundo año consecutivo en que el Oeste tiene estrellas jóvenes compitiendo por la corona mientras el flirteo de la NBA con la paridad se convierte en una relación en toda regla.
El Thunder probablemente siente que todavía lleva un año de ventaja, a pesar de haber sido uno de los mejores equipos de la conferencia los últimos dos años. Sus tres mejores jugadores tienen 26, 23 y 22 años, siendo Gilgeous-Alexander el mayor y el que está alcanzando la fama, al igual que Edwards, de 23 años.
Gilgeous-Alexander jugó uno de sus partidos más eficientes en los últimos partidos, una marca que demuestra lo preparado que está para el momento. Con un promedio de más de 32 puntos y un 60% de acierto en los últimos tres partidos, se pueden acallar un poco los rumores de que es un malhechor y cosas por el estilo. Las dudas que la mayoría de los observadores tenían sobre los Thunder no solo giraban en torno a su juventud, sino también a su capacidad para jugar y ganar partidos ajustados, considerando que fueron los equipos con menos partidos decisivos de la temporada.
Perder el Juego 1 de manera dramática y perder el Juego 3 en una pelea en tiempo extra validó esos pensamientos, pero ganar el Juego 7 de manera tan decisiva, cubriendo al mejor jugador del juego en un mar de brazos largos y pies incansables, ilustra que esas 68 victorias no fueron una casualidad.
Ahora esa defensa se desatará contra los Timberwolves, que despacharon a los Warriors sin Stephen Curry en cinco partidos. Edwards tuvo problemas con las pérdidas de balón en esa serie, sobre todo en el quinto partido (siete), así que eso será una prioridad para la pésima defensa de Oklahoma City cuando la serie comience el martes.
Edwards tiene muchas cosas que Gilgeous-Alexander no tiene, pero eso tampoco es una crítica. Lo que ambos tienen en común es una habilidad poco común y el deseo de impulsar a los compañeros a su alrededor, colocándolos en posiciones prominentes normalmente reservadas para los cantantes principales.
Edwards siempre está animando a Jaden McDaniels y Julius Randle, al igual que hizo con el predecesor de Randle, Karl-Anthony Towns. Gilgeous-Alexander siempre incluye a sus compañeros durante las entrevistas televisivas posteriores al partido en la cancha, lo cual puede ser un poco cursi y distraer, pero la intención de priorizar al equipo es admirable.
Lo que quedó claro en ambas semifinales del Oeste fue que la profundidad y la salud prevalecieron. Aparentemente, ni Minnesota ni Oklahoma City se quedaron sin buenos jugadores, mientras que sus oponentes se vieron obligados a jugar con jugadores inexpertos o con un reparto de apoyo limitado, y los resultados fueron predecibles.
Ahora nos toca presenciar estás dos estrellas emergentes en está emocionante Finales de conferencia del salvaje oeste.

